¿Qué son las competencias?

El origen de las competencias proviene de una investigación que realizó David McClelland, profesor de Harvard, sobre las diferencias entre los agregados culturales norteamericanos considerados excelentes con los de promedio, investigación realizada por encargo del Departamento de Estado norteamericano a principios de los años 70. En ésta época se vivían tiempos difíciles en cuanto a las relaciones diplomáticas en las embajadas de Estados Unidos en otros países, y eran los agregados culturales de estas embajadas los que desempeñaban un papel crucial, ya que debían mediar las relaciones diplomáticas de Estados Unidos con otros países.

Por esa época se vivía el final de la guerra de Vietnam, era de plena actualidad el escándalo de Watergate y la crisis económica afectaba a todos los países. Las actuaciones de estos profesionales tenían un especial impacto en las relaciones entre países.

Dada esta importancia estratégica, McCelland y su equipo comenzaron a entrevistar en profundidad a los considerados excelentes diplomáticos comparándolos con los promedio y descubrieron que los primeros tenían tres actitudes o competencias comunes:

–          La empatía transcultural (auténtico interés por la cultura del país donde residía, frente al etnocentrismo imperante),

 

–          Las expectativas positivas ante la provocación (una variedad de autoconfianza que no les hacía perder los nervios ante las provocaciones) y

 

–          La rapidez en la comprensión de las redes de influencia (la capacidad de saber quién manda en el país y qué peligros reales existen).

Las tres actitudes no se enseñaban en la escuela diplomática y sin embargo, eran clave para el éxito o, al menos, para salir airosos de tesituras realmente complejas. McCelland llamó a estas características especiales “competencias”, creando así el concepto que hoy en día aún manejamos[1].

 

En cuanto a la definición de lo que es una competencia, podemos ver que existen múltiples definiciones. Según la RAE, una competencia es aptitud, capacidad, idoneidad o incumbencia. Sin embargo, buscando más la exactitud, puede tomarse como definición de competencia:

“Competencia es la Capacidad de un buen desempeño en contextos complejos y auténticos. Se basa en la integración y activación de conocimientos, habilidades y destrezas, actitudes y valores”.[2]

Otra forma de definir las competencias puede ser:

Competencias son un conjunto de comportamientos observables que están casualmente relacionados con un desempeño bueno o excelente en un trabajo concreto y en una organización concreta[3]

Las competencias son, en definitiva, comportamientos que se agrupan, en función de su similitud, en un constructo (llamado “competencias”), siendo lo más importante los comportamientos incluidos en cada una de ellas, y no el nombre dado a cada competencia, lo que permite trabajar directamente con los comportamientos, pero haciendo más operativo su manejo gracias a dichos agrupamientos.  Tenemos que tener en cuenta, a la hora de hablar de competencias, diferentes niveles o aspectos de las mismas:

–          Competencias como diccionario: se trata del documento que recoge las diferentes competencias que existen y las nivela o clasifica.

 

–          Competencias como sistema de gestión de la organización: las competencias, mediante el diccionario de competencias, apoyan la gestión estratégica de la organización, mediante la selección adecuada de las personas para las diferentes tareas o proyectos, o mediante el desarrollo de diferentes competencias importantes para la organización en los diferentes colaboradores.

 

–          Competencias como perfil: son el conjunto de competencias que definen o bien un puesto de trabajo o a la persona que ocupa dicho puesto.

 

–          Competencias como conjunto de comportamientos que definen una competencia: es decir, la definición misma del concepto.


[3] S. Pereda Marín, F. Fuentes Rodríguez, L.M. Serrano Vera Modelo de gestión de recursos humanos basado en competencias. Colección Gestión de empresa. Tadel Formación.

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